Atrévete a Vivir

“Aquellos que no se mueven no se dan cuentan de las cadenas.”(Luxemburg). Solo en el proceso de vivir puedes entender y a-prender que es lo que deseas y que te impide lograrlo. El que no arriesga no vive, el que no experimenta no conoce y el que no toma acciones no avanza. Es imposible vencer si no vamos a la batalla y es solo en la batalla que el guerrero reconoce a su enemigo y se da cuenta de sus propias limitaciones. Es en este acto de guerra que descubrimos nuestras cadenas, aquellas ataduras mentales, físicas y emocionales, que nos impiden ser libres. Por esto nunca temas vivir, solo así encontrarás al enemigo.

Tus acciones impetuosas te llevarán a arrancarle la libertad a aquel o a aquella que, dentro de ti, te limita. Cuando nos atrevemos a enfrentar cada uno de los aspectos internos propios que nos afectan emocionalmente, vamos en vía a la liberación. Sin embargo, el primer paso es siempre enfrentar y re-conocer aquello que representa una cadena para nosotros. Es fácil echarles la culpa a otros y evadir, pero si todas tus quejas están dirigidas hacia afuera, nunca cambiarás tu situación actual. Serás el mismo, quejón y ciego, hasta el día que te mueras.

Es en el ejercicio de ver los procesos internos, mientras interactuamos y enfrentamos la vida, nos damos cuenta de quién nos maneja en cada momento. Un día somos temerosos, otro día audaces, en otro momento somos el fastidiado o criticón, otro día el alegre y bromista. Así es la dinámica interna de la psiquis, a veces nos favorece y a veces no.

No obstante, conjuntamente con todos esos personajes o arquetipos, subyace un “yo real” confundido. Ese es el guerrero, descúbrelo y afírmalo porque él es el valiente que posee la voluntad. Recordarlo a él, con toda su luz, es recordar tu esencia espiritual, es separarte del hombre dual o más bien múltiple. Nada tiene que ver este “Yo” con tus otros “yoes” cambiantes. Solo si logras pararte en el, afirmarte allí en su espacio sin espacio, podrás separarte un poquito de los otros “yoes” inconstantes y cambiantes, que son tu trampa. Descubre tus cadenas, obsérvalas desde tu “Yo”, muévete y descubre como librarte, como no ser aquel que te atrapa y que no te deja ser tú. Sal de los dramas y escoge quien has de ser o no ser. Entiende quien es el guerrero en ti y quien no y decide ser aquel que no es controlado por nada externo. Atrévete, viviendo, a ver y controlar la dinámica interna psíquica que tienes, para así ser el guerrero que vence y que descubre sus cadenas y se libera de ellas.

Escrito por Psic. Alison Salas McCarthy